La tendencia al calentamiento extremo se mantiene y, según el informe publicado este 6 de noviembre por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este año, 2025, va rumbo a consolidarse como el segundo o tercer año más cálido desde que se llevan registros. Hasta ahora, 2024 ocupa el primer lugar.
El boletín sobre el estado del clima mundial se dio a conocer en el mismo día en que en Belém do Pará, Brasil, los líderes mundiales abrieron la COP30 de Cambio Climático. De hecho, el documento fue un adelanto del informe completo, que será presentado en marzo de 2026 por la Organización Meteorológica.
Este «update» para la COP 30 mostró que «cada uno de los últimos 11 años, de 2015 a 2025, habrá sido uno de los 11 años más cálidos desde que se inició el registro de observaciones hace 176 años, y los últimos tres serán los tres años más cálidos de los que se tiene constancia».

El reporte de la OMM señala que «la temperatura media cerca de la superficie entre enero y agosto de 2025 estuvo 1,42 °C ± 0,12 °C por encima del valor medio de la era preindustrial». Apunta asimismo que las concentraciones de gases de efecto invernadero que retienen el calor en la atmósfera y el contenido calorífico de los océanos «alcanzaron magnitudes sin precedentes en 2024 y prosiguieron con su escalada en 2025».
También fue la más baja jamás observada la extensión del hielo marino del Ártico después del período invernal de congelación y en la Antártida, la extensión del hielo marino estuvo muy por debajo de la media durante todo el año. Esto derivó en que la tendencia al aumento del nivel del mar a largo plazo continuara, a pesar de una mínima bajada transitoria debida a factores naturales, según se explica en el informe.
«Los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos acaecidos hasta agosto de 2025 —desde lluvias e inundaciones devastadoras hasta abrasadores episodios de calor y descomunales incendios forestales— tuvieron consecuencias en cadena para las personas, sus medios de subsistencia y los sistemas alimentarios. Ello impulsó a mucha gente de múltiples regiones a desplazarse y socavó el desarrollo sostenible y el progreso económico», agrega el texto.
«Esta insólita racha de altas temperaturas, combinada con el aumento récord de las concentraciones de gases de efecto invernadero del año pasado, deja claro que será prácticamente imposible limitar el calentamiento global a 1,5 °C en los próximos años sin que las temperaturas superen transitoriamente ese umbral. Pero la ciencia también es tajante al afirmar que todavía es completamente posible —y esencial— reducir las temperaturas para contener el calentamiento hasta los 1,5 °C para fines de siglo», explicó la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, según el reporte de prensa oficial que emitió la organización.
«En cada año en que se supere el umbral de 1,5 °C las economías se verán severamente afectadas, se exacerbarán las desigualdades y se producirán daños irreversibles. Debemos actuar ahora, con gran rapidez y a gran escala, para que el rebasamiento sea lo más pequeño y breve posible, para limitar al máximo la gravedad de sus consecuencias, y para que las temperaturas vuelvan a situarse por debajo del límite de 1,5 °C antes de que termine el siglo», afirmó el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quien citó el informe de la OMM en su declaración ante la Cumbre del Clima de Belém (Brasil).
La OMM publicó el boletín sobre el estado del clima mundial en 2025 con motivo de la cumbre celebrada durante el 30º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 30) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en Belém. Se trata de un documento de referencia de naturaleza científica que permite fundamentar en pruebas fidedignas las negociaciones mantenidas en la CP.
En él se destacan los indicadores climáticos clave y su pertinencia para sustentar los procesos de formulación de políticas, y es la antesala de informes científicos más detallados, pero que se publican con menor frecuencia. Los valores de temperatura presentados en el boletín se basan en datos recabados hasta agosto de 2025 y consolidados en seis conjuntos de datos internacionales. Para elaborar el boletín se han recopilado contribuciones de los Miembros de la OMM, asociados y expertos.
Datos clave del informe sobre el estado del clima de la OMM
Temperaturas
El calentamiento causado por el episodio de El Niño, que impulsó las temperaturas del planeta durante 2023 y 2024, dio paso a condiciones neutras o características de un episodio de La Niña en 2025. Por tanto, la temperatura media mundial cerca de la superficie entre enero y agosto de 2025 fue inferior a la de 2024, y estuvo 1,42 °C ± 0,12 °C por encima de la media de la era preindustrial frente a los 1,55 °C ± 0,13 °C observados en 2024.
En el período de 26 meses comprendido entre junio de 2023 y agosto de 2025 se produjo una prolongada racha de temperaturas mensuales récord (salvo en febrero de 2025).
Las elevadas temperaturas mundiales de los últimos tres años en comparación con las registradas en los dos años anteriores obedecen a la transición de un prolongado episodio de La Niña que duró desde 2020 hasta principios de 2023. Sin embargo, es probable que la reducción de las concentraciones de aerosoles, así como otros factores, también influyesen en el calentamiento.
Contenido calorífico de los océanos
Según datos preliminares, el contenido de calor de las aguas oceánicas siguió aumentando en 2025 y superó los excepcionales valores de 2024. Las tasas de calentamiento de los océanos muestran un incremento particularmente marcado en los dos últimos decenios y son indicativas de la rapidez con la que el sistema Tierra retiene el excedente de energía en forma de calor. Más del 90 % de esa energía se acumula en el océano y calienta sus aguas.
El alza de la temperatura del mar tiene consecuencias de gran alcance, en particular, la degradación de los ecosistemas marinos, la pérdida de biodiversidad y el debilitamiento de la capacidad del océano para ejercer como sumidero de carbono. Además, intensifica las tormentas tropicales y subtropicales, acelera la pérdida de hielo marino en las regiones polares y, junto con el derretimiento del hielo terrestre, agudiza la subida del nivel del mar. Se prevé que este calentamiento continúe, y ello puede conllevar un cambio potencialmente irreversible en escalas de tiempo de siglos a milenios.

Elevación del nivel del mar
La tasa de subida del nivel del mar a largo plazo prácticamente se ha duplicado desde que comenzaron a obtenerse datos satelitales, al pasar de un aumento de 2,1 mm al año entre 1993 y 2002 hasta llegar a los 4,1 mm al año entre 2016 y 2025. Estas cifras evidencian el efecto combinado del calentamiento de los océanos y la expansión térmica, a los que se suma el derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo.
En el año 2024 el nivel medio del mar anual a escala mundial alcanzó su máximo histórico. Según datos preliminares de 2025, este ha disminuido ligeramente desde principios de 2025, pero es probable que se trate de un comportamiento provisorio debido a La Niña y a otros factores.
Hielo marino
La extensión del hielo marino del Ártico alcanzó su máximo anual en marzo. Los 13,8 millones de km2 registrados son el valor más bajo desde que se dispone de datos satelitales. En cuanto a la extensión mínima anual del hielo marino del Ártico, esta se alcanzó alrededor del 6 de septiembre de 2025 y fue de 4,6 millones de km2, un valor inferior al promedio a largo plazo.
Respecto a la Antártida, la extensión del hielo marino fue la tercera más baja jamás registrada, tanto para el mínimo anual de febrero de 2025 (2,1 millones de km2) como para el máximo anual alcanzado en septiembre de 2025 (17,9 millones de km2).
Glaciares
El año hidrológico 2023/2024 fue el tercer año consecutivo en que todas las regiones glaciares objeto de monitoreo en todo el mundo sufrieron una pérdida neta de masa. Los datos relativos a un conjunto de glaciares de referencia monitoreados por el Servicio Mundial de Vigilancia de los Glaciares (WGMS) indican un balance de masa anual global de –1,3 m de equivalente en agua, es decir, una pérdida de 450 gigatoneladas. Esto equivale a 1,2 mm de aumento medio del nivel del mar a escala mundial y, nominalmente, la mayor pérdida de hielo registrada desde 1950.
Gases de efecto invernadero
Las concentraciones de los tres gases de efecto invernadero más abundantes en la atmósfera (dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O)) alcanzaron niveles sin precedentes en 2024, el último año para el que se dispone de valores mundiales consolidados. Las mediciones realizadas hasta la fecha en ubicaciones específicas sugieren que serán aún más altas en 2025.
La concentración atmosférica del CO2 ha pasado de unas 278 partes por millón (ppm) en 1750 a 423,9 ppm en 2024, lo que supone un incremento del 53 %. El aumento de la concentración entre 2023 y 2024 fue de 3,5 ppm, una subida inédita en el historial de observación reciente.
Episodios extremos
A lo largo de 2025, los eventos extremos causaron alteraciones socioeconómicas desmedidas y una gran cantidad de víctimas mortales. Cabe destacar las inundaciones acaecidas en muchos países de África y Asia, así como los incendios forestales que arrasaron zonas de Europa y América del Norte, episodios de calor extremo en todo el mundo y mortíferos ciclones tropicales.

Energía renovable
A medida que crece la capacidad mundial en energías renovables, resulta esencial integrar ciencia y datos climáticos en el conjunto de la cadena de valor del sector, desde la generación hasta la distribución, pasando por el despacho y la transmisión. Los indicadores energéticos basados en datos climáticos permiten estimar los impactos en cada eslabón de esta cadena.
A escala mundial, el calor sin precedentes de 2024 incrementó la demanda de energía en un 4 % respecto a la referencia del período 1991-2020. Se superó con creces la demanda de años anteriores y se observaron notables variaciones en función de la región, dado que en África central y meridional la demanda estuvo casi un 30 % por encima de la media.
Esto no hace más que acentuar la necesidad de contar con un sector energético cuyos procesos de planificación y cuyas operaciones estén basados en datos climáticos. A medida que la capacidad en cuanto a energías renovables se expande en todo el planeta, considerar la influencia de los patrones climáticos a gran escala es esencial para instaurar sistemas energéticos resilientes y flexibles en el contexto de un clima cambiante.
Servicios climáticos
Los conocimientos climáticos, como las perspectivas estacionales y la información sobre los efectos del calor en la salud, se afianzan como componentes indispensables en la abrumadora mayoría de las nuevas versiones de las contribuciones determinadas a nivel nacional, y permiten traducir compromisos climáticos globales en avances reales sobre el terreno.
Sistemas de alerta temprana
Disponer de sistemas eficaces de alerta temprana de peligros múltiples es más crucial que nunca. Se han logrado avances significativos en la implementación de la iniciativa Alertas Tempranas para Todos presentada por el Secretario General de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es lograr la cobertura universal para 2027.
Los países que declaran disponer de este tipo de sistemas se ha más que duplicado desde 2015, al pasar de 56 a 119 en 2024. No obstante, el 40 % de los países aún carecen de sistemas de alerta temprana de peligros múltiples. Los avances son especialmente notables en los países menos adelantados (PMA) y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID), donde la cobertura notificada aumentó alrededor de un 5 % solo en el último año.




